miércoles, 23 de septiembre de 2009

«Quien va en busca de montes, no se detiene a recoger las piedras del camino. Saluda el sol, y acata al monte» (José Martí)
..y el monstruo de anchas alas esperaba indolente.Por Maria Teresa Villaverde Trujilloashiningworld@cox.net
Vuelos de La Habana a Miami con refugiados cubanos.Estos vuelos se cancelaron cuando surgió la Crisis de los Misiles.
Miércoles, 8:56 am ....aun permanecíamos en la Sala de Espera, -la pecera- como le dominaba el argot popular. Mi niño dormitaba en mis brazos. De pronto dieron órdenes de salir hacia la pista. Todos caminaban despacito pero sus movimientos denotaban una impaciencia mal controlada. Yo seguía allí, sentada, dejando que los demás acortaran el espacio que nos separaba del centro de la pista. Alguien al pasar cerca de mi, susurra afectuosamente pero con cierta energía: _“Levántese, señora, levántese ¡¡¡camine!!!Y me señalaba con la mano tratando de obligarnos a caminar._”Yo espero”, -contesté inocentemente-.Ni un solo pensamiento malicioso cruzaba por mi mente. Aquellas personas se adelantaban con la sola idea de encontrar un asiento libre en el monstruo que reposaba indolente en el terreno, no dispuesto aun para el despegue. La fila no era tan larga pero a mi me pareció que los que caminábamos por aquel terreno plano hacia el centro de la pista formábamos un grupo gigantezco. Mi esposo y yo, uno junto al otro. El, con el niño en sus brazos. Yo, aguantándome de él.
¡Caminaba sin saber que ya nunca más regresaríamos a La Habana!
¡Se sentía ese amanecer de septiembre veintitrés tan desigual! Como si los rayos solares alumbraran con angustia. Habia suave brisa, intenso calor y una extraña congoja impregnando la piel. AQUELLA TRISTE MAÑANAAquella triste mañanade Cuba me despedía,Aquella triste mañanade su regazo partía.Aquella triste mañanami alma se deshacía,Aquella triste mañanade carbón y de cenizas. Aquella triste mañanade mi tierra yo me iba,Aquella triste mañanasin saber si volvería. Aquella triste mañana muy triste en mi vida,Aquella triste mañanala que nunca olvidaría. Aquella triste mañanaa tierra extraña me iría,Aquella triste mañanahuyendo de la injusticia. Aquella triste mañanacon mi esposo y mi hijo,Aquella triste mañananuestros padres no venían. Aquella triste mañanadolorosa en demasía,Aquella triste mañanano creo la merecía. Aquella triste mañanamarcada quedó en mi vida,Aquella triste mañanaclavada como una espina. (Autor del poema: Cástulo Gregorisch)
RECORDANDOSeptiembre 23, 2009ashiningworld@cox.net
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