El pintor Vermay en el Templete
Por: María Teresa Villaverde Trujillo
Aunque poco se conoce con certeza de la vida del pintor francés Jean Baptiste Vermay sí se sabe que nació el 15 de octubre de 1786 en Tournan-en-Brie, una población situada muy cerca a París. Aun muy niño –11 años de edad – sus padres lo matricularon en la Escuela de Pintura del entonces famoso maestro Jacques-Louis David, en Paris. Vermay dio clases a Hortensia de Beauharnais, entenada del emperador Napoleón quien a su vez lo declaró exento del Servicio Militar dedicándose entonces por entero al arte. Ya había obtenido una Medalla de Oro por su cuadro La muerte de María Estuardo en la Exposición de Pintura de París, compitiendo junto a su maestro David y los condiscípulos Gros, Gerard y Girodet. Pero con la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo cambia radicalmente la vida del pintor. Viaja a Alemania e Italia. Emigra a Estados Unidos, y de ahí a la isla de Cuba, adonde llega con sus conocimientos de arquitectura, decoración, algunos de sus lienzos, el aval masónico y recomendaciones de un pintor genial, Goya. Se relaciona con el obispo Juan José Díaz de Espada y Landa quien compra algunos de sus óleos situándolos en algunos templos habaneros y le encarga terminar las obras pictóricas iniciadas por el italiano José Perovani en la Catedral de La Habana. Más tarde ofrece clases en la sección educativa de la Sociedad Patriótica de Amigos del País. En un aula del convento de San Agustín se funda la Academia Gratuita de Pintura y Dibujo de La Habana, la que después pasó a llamarse Academia de Bellas Artes San Alejandro en honor a Alejandro Ramírez – intendente general del Ejército y Real Hacienda – a quien se le debe su fundación y progreso. El pintor Vermay fue nombrado director. Mas importante aun son los tres lienzos realizados por Vermay y que permanecen en el interior de EL TEMPLETE, edificio neoclásico inaugurado el 19 de marzo de 1828, construido para recordar el lugar donde a la sombra de una frondosa Ceiba se efectuó la primera misa y se realizó la primera sesión del cabildo, en la entonces villa de San Cristóbal de La Habana. José María Heredia escribió el epitafio de Vermay:
El pintor Vermay en el TempleteMaría Teresa Villaverde Trujillo Aunque poco se conoce con certeza de la vida del pintor francés Jean Baptiste Vermay sí se sabe que nació el 15 de octubre de 1786 en Tournan-en-Brie, una población situada muy cerca a París. Aun muy niño –11 años de edad – sus padres lo matricularon en la Escuela de Pintura del entonces famoso maestro Jacques-Louis David, en Paris. Vermay dio clases a Hortensia de Beauharnais, entenada del emperador Napoleón quien a su vez lo declaró exento del Servicio Militar dedicándose entonces por entero al arte. Ya había obtenido una Medalla de Oro por su cuadro La muerte de María Estuardo en la Exposición de Pintura de París, compitiendo junto a su maestro David y los condiscípulos Gros, Gerard y Girodet. Pero con la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo cambia radicalmente la vida del pintor. Viaja a Alemania e Italia. Emigra a Estados Unidos, y de ahí a la isla de Cuba, adonde llega con sus conocimientos de arquitectura, decoración, algunos de sus lienzos, el aval masónico y recomendaciones de un pintor genial, Goya. Se relaciona con el obispo Juan José Díaz de Espada y Landa quien compra algunos de sus óleos situándolos en algunos templos habaneros y le encarga terminar las obras pictóricas iniciadas por el italiano José Perovani en la Catedral de La Habana. Más tarde ofrece clases en la sección educativa de la Sociedad Patriótica de Amigos del País. En un aula del convento de San Agustín se funda la Academia Gratuita de Pintura y Dibujo de La Habana, la que después pasó a llamarse Academia de Bellas Artes San Alejandro en honor a Alejandro Ramírez – intendente general del Ejército y Real Hacienda – a quien se le debe su fundación y progreso. El pintor Vermay fue nombrado director. Mas importante aun son los tres lienzos realizados por Vermay y que permanecen en el interior de EL TEMPLETE, edificio neoclásico inaugurado el 19 de marzo de 1828, construido para recordar el lugar donde a la sombra de una frondosa Ceiba se efectuó la primera misa y se realizó la primera sesión del cabildo, en la entonces villa de San Cristóbal de La Habana. José María Heredia escribió el epitafio de Vermay:
"Vermay reposa aqui. Su lumbre pura
del entusiasmo iluminó su mente,
un alma tuvo cálida y ardiente
de artista el corazón y la ternura.
Ese pintor, sembrado en nuestro suelo
Dejó de su arte el germen poderoso
y en todo pecho blando y generoso
amor profundo, turbación y duelo"
María Teresa Villaverde Trujillo
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