domingo, 27 de septiembre de 2009

La guerra es un gran negocio.

La guerra es un gran negocio.



El propósito de las armas es matar. Matar seres humanos o animales, lo cual no deja de ser una crueldad.

Los fabricantes de municiones estadounidenses tienen a sus trabajadores trabajando a destajo los siete días de la semana, ya que no dan abasto para satisfacer la demanda.

Los fabricantes de balas y los comerciantes de armas manifestaron que nunca habían experimentado una escasez de esta magnitud. Las municiones, especialmente para pistolas, escasean desde hace meses gracias a que los portadores de armas se están aprovisionando.

Se presume que esta gran demanda fue generada porque temen que el presidente Obama y el Congreso aprueben una legislación contra el porte indiscriminado de armas, aunque el presidente hace un mes firmó una ley que permite portar armas cargadas en los parques nacionales.

Si nunca se hubieran inventado las poderosas armas de fuego como medio de defensa, no existiría el constante temor a las terribles guerras que sólo dejan desolación y dolor sin ningún vencedor, porque nadie puede sentirse satisfecho de haber masacrado y devastado a un país lleno de personas inocentes en el que se encuentran ancianos, mujeres y niños.

Nada justifica las guerras. Ese el último recurso de quienes son incapaces de pensar y llegar a un arreglo pacífico, pero la guerra es un gran negocio para los países poderosos y un desastre para los pobres.

Y llamábamos salvajes a los aborígenes.



José M. Burgos S.

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