La Reconquista Anunnaki (cuento)
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Una consulta:Estoy escribiendo un cuento que titularé "La Reconquista
Anunnaki" y quisiera ideas y opiniones al respecto. Les dejo un breve
esbozo del cu...
Hace 8 meses
Felicito a Víctor Caamaño por la creación de este blog NOSOTROS PENSAMOS, en nombre de todo el grupo de la UCP y en el mío propio.
ResponderEliminarEs un esfuerzo que hay que agradecer pues en este lugar podemos reunirnos y cambiar opiniones, publicar artículos, escritos y conocernos mucho más gracias a este maravilloso vehículo que es la internet.
Para Víctor todo nuestro agradecimiento, repito, así como para Dorián, José Burgos, Jorge Gastón, y todos los que ya han puesto su granito de arena aqui en Nosotros Pensamos.
Un abrazo a todos y desde ya voy a comenzar a colaborar en este espacio.
Un abrazo,
Martha Pardiño, Coordinadora
UCP
Como el pseudónimo (password) que siempre he utilizado es CHEO BURUMBA, me permito aclarar quien es este personaje, inventado por mí, basado en la gracia criolla sin pretenciones de alcurnia, que adorna a los cubanos y a otras nacionalidades de habla hispana por igual.
ResponderEliminarMartha Pardiño
"QUIEN ES CHEO BURUMBA"
Cheo Burumba es un cubano nacido en Luyanó, el barrio de Bigote de Gato.
Cheo fue a la escuela pública y terminó el sexto grado pero no pudo seguir estudiando porque su padre se quedó sin pega y tuvo que salir a la calle a pugilatear para buscarse unos cuantos billetes para poder poner la jama en la mesa de su casa.
Para Cheo su madre y su abuela son santas y por eso tiene las fotos de ellas junto a la imagen de Cachita (léase la Vírgen de la Caridad del Cobre), porque esas tres mujeres son los amores de su vida.
Cheo tiene la sabiduría callejera y es además un tipo listo que siempre está en la volá y siempre informado de los últimos acontecimientos fuera o dentro de la isla. Su lema es: “el que sabe, sabe, y el que no, pá la cola”.
Cheo es amigo de sus amigos pero al que le juegue fulastre le pone la cruz.
Cheo es trabajador: le mete a cualquier cosa y para él no hay nada difícil.
Cheo es echao pá adelante: ni se humilla ni cree en guaperías. A él hay que pedirle las cosas por las buenas, con educación como dice su vieja.
Cheo es inteligente: para él todos los políticos son ladrones, los modistos maricas, las mujeres falsas - exceptuando a su vieja -, los gringos comemierdas y los cubanos son lo máximo: la candela.
Cheo no se agobia con los problemas, el resuelve.
Cheo no se apura mucho por las cosas porque sabe que a cualquiera lo coge el ñampiti
gorrión, guarda el carro o canta el manisero cuando menos lo espera.
Cheo juega la loto porque cuando cuele las seis bolitas por la canalita le va a comprar a su vieja una casita con jardín y el se va a comprar un Cadillac y va a traer de Cuba a todos sus primos que se están comiendo tremendo cable.
Cheo toma café, fuma tabaco, come carne de puerco, congrí, plátanos fritos y yuca, y no le cabe en la cabeza que la gente diga que eso no es bueno para la salud porque a él no le duelen ni los callos.
Cheo es generoso, si él tiene billete todo el mundo toma cerveza.
Cheo no es intolerante, pero que no le vengan a decir los rubios de ojos azules que tiene que aprender inglés, porque obligado Cheo no hace nada. Además él está esperando que los gringos aprendan español que es el idioma más chévere del mundo.
Cheo tiene visión de futuro: cuando se vaya el caballo él piensa regresar a Cuba y poner un puesto de fritas y churros para hacerse millonario. Según le mandó a decir su padrino que vive en Luyanó, las fritas y los churros desaparecieron de Cuba como por encanto. Dice que ya la gente ni se acuerda como lucen y mucho menos que sabor tienen.
Cheo llora cuando oye el himno nacional y tiene en la entrada de su apartamento en Hialeah, una bandera cubana y detrás de la puerta un vaso de aguardiente con un tabaco, porque como él dice hay que estar en el fijo porque el corrido no dá nada.
Para Cheo ser cubano es ser simpático, agradecido, limpio, enamorado y único.
Martha Pardiño